En España existen todavía una gran cantidad de comunidades de vecinos que cuentan con un sistema de calefacción central. Este tipo de sistemas, especialmente si son antiguos, no son eficientes ya que no permiten determinar cual es el gasto que hace cada vecino.
Las medidas dictadas por la Unión Europea para conseguir una mayor eficiencia energética incluyen la individualización del gasto en las calderas comunitarias. La Directiva Comunitaria establece que a 1 de enero de 2017 será obligatorio que todos los edificios con caldera centralizada tengan un contador individual o dispongan de algún elemento que permita individualizar el gasto por piso.
El objetivo de que cada uno pague por lo que consume es promover un consumo más responsable y reducir así el número de emisiones contaminantes a la atmósfera.
La Directiva establece un régimen sancionador y las multas pueden ir de 1.001 a 10.000 euros para aquellos vecinos que no instalen repartidores de costes.